Ayer un servidor se fue al cine.
Recomiendo a todo el mundo que lea esta
humilde página, que invierta 7 Euros de su sueldo, y 2 horas de su vida en
pasarse por una sala de cine y disfrutar, con los ojos bien abiertos y los
oídos en estéreo de la película “Los idus de Marzo”, dirigida por George
Clooney.
Comentario aparte acerca de la recomendación
que lanzo al aire, es el hecho de ir al cine, no sólo porque hayan cerrado
MEGAUPLOAD o porque la descarga de propiedad intelectual por internet sea
ilegal, sino también porque de esta manera, generamos que haya alguien que
venda entradas, alguien que te la rompa y te indique la sala, y alguien que
venda palomitas en la tienda de al lado, por lo que estaremos contribuyendo a
que las personas seamos necesarias, y tal vez dejando de depender como lo
hacemos, en exceso, de las “malditas máquinas”, podamos arrimar un poco el
hombro en la crisis laboral que llevamos en las espaldas desde hace un tiempo,
demasiado largo, me temo.
Voy con el tema,
brevemente, que me voy por las ramas.
La película es un medio excepcional para
recordarnos(que a menudo se nos olvida y nos sorprendemos por ello, sin darnos
cuenta de que estamos, y me incluyo, completamente alienados el 90% de nuestro tiempo),
lo que no ya el poder, sino su observancia y aproximación, puede hacer con
alguien íntegro. Además, y no pretendo destripar el filme, no se salva nadie.
Hay deshonestidad y pérdida de integridad desde todos los puntos de vista.
Primero la decepción por lo que es el mundo,
segundo el terror a perder una determinada posición, y tercero y final, la peor
traición de todas: la traición a uno mismo, a tus propios valores.
Y además otro recordatorio: nadie es tan
bueno, nadie están malo. Es la naturaleza humana, por desgracia, la que nos
conduce a todos, irremediablemente, a esos oscuros lugares. Y un pensamiento
que aterra: tal vez seamos íntegros, o nos lo presumamos, simplemente porque no
hemos tenido, ni tenemos, ni tendremos (Dios mediante) acceso a esos “oscuros”
lugares de poder. Qué miedo.
Es un recordatorio de la realidad del mundo
que habitamos, y que nosotros mismos construimos.
En lo personal, ayuda a comprender
comportamientos de tantas y tantas “honorables” personas. Quizá no sean tan
malos, aunque nos guste caer en los brazos de Morfeo pensándolo. Quizá
únicamente ocurra que han tenido acceso a posiciones donde, afortunadamente,
uno jamás se encontrará. Gracias, así estoy mejor.
Urdangarines, Garzones, Invercarias, Condes,
Gescarteras, Amedos, Dominguezes….y un sinfín de escándalos cada mes, cada
semana, cada día, cada hora…….ahora.
En todos los países, a lo largo de toda la
historia, en cualquier campo……..y desgraciadamente en la política y en la
Administración de Justicia(que es lo que me toca), sobremanera.
¿Todos haríamos lo mismo en su posición? ¿Nos
gusta creer que no? ¿Realmente lo hemos pensado?....Buff…….., Virgencita, que
me quede como estoy.
De momento, consolaré mi conciencia
convenciéndome de que simplemente por pensarlo y discurrir acerca de ello, tal
vez me librara de la quema. Al menos, darse cuenta ya es algo. Espero.
Lo de siempre
amigos, con la justicia(en este caso divina) toparemos.
No me digan que no es para irse a casa…………
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